El máximo escritor argentino suprimió alguno de sus libros en sus “Obras completas”. Otras, como “Fervor de Buenos Aires” y “Luna de enfrente”, sufrieron grandes modificaciones.
“Borges es para mí una compleja experiencia personal de vida, lectura y escritura, que empieza en la adolescencia y que adoptó una inflexión particular cuando me propuse convertirlo en personaje literario de una de mis novelas: Las libres del Sur, publicada por primera vez en 2004. Ese libro, centrado sobre la figura Victoria Ocampo, transcurre en la década del veinte.
Borges era entonces el joven poeta de Fervor de Buenos Aires, el de Luna de enfrente, el flâneur de los arrabales, el entrañable amigo (y correligionario yrigoyenista) de Leopoldo Marechal, que luego lo mandaría al Infierno de los Violentos del Arte en su monumento novelístico a una ciudad-cosmos: el Adán Buenosayres. No me fue tan fácil como podría creerse (re)encontrar a ese Borges, enmascarado como estaba por sus propias reescrituras.”