“Toda mi literatura fue una reapropiación del lugar donde caí. Tuve que buscarme a mí misma y convertirme en madre de mi patria, parir una patria. La literatura me sostuvo en los peores momentos de mi vida. Tengo un libro de cabecera, Cándido o el optimismo de Voltaire, un libro breve, pero es una gran novela de la resiliencia, y también una crítica a la soberbia humana. Sostiene que nadie tiene acceso al misterio de la vida pero sí cada uno puede modificar su actitud frente a la existencia a través del trabajo creador. Cándido y sus compañeros descubren que “cultivar el jardín” es lo que da sentido a sus vidas. Por mi lado, sigo en mi huerta o mi jardín de libros, desbrozando malezas, enterrando semillas y esperando cosechar cosas mejores. Eso le ha dado siempre sentido a mi vida también.”